Y yo con estas barbas

Relatos sobre mis experiencias y expectativas como padre novato

DIY decoración maya

6 comentarios

Hoy os vengo a hablar de una de las actividades anuales estrella del cole de mi pequeña Lechona: la Noche Mágica. Y como complemento, el pastel que os presento es la parte de lo que ha sido mi pequeña aportación, en forma de bonito tutorial DIY.

La Noche Mágica, es en esencia, una noche que pasan los más peques, los de la etapa de infantil, allí, en el propio cole: cenan y pasan la noche en el centro con sus profes. Y para que sea una experiencia realmente inolvidable y esperada cada año y no una simple actividad curiosa, todo ello va enmarcado en un proyecto educativo concreto en el cual trabajan durante las semanas previas, no solamente los niños y el cuerpo docente, sino también padres y madres. Se trata en esencia con esta actividad, de implicar también a las familias; de invitarnos a participar de una forma más activa de la parte más vital del colegio. De hecho, la colaboración de padres y madres es siempre crucial para que esta idea termine llegando a buen puerto, ya que en sus manos recae prácticamente toda la elaboración de la ambientación plástica de la misma.

Este curso, el tema elegido era la selva maya: ruinas, plantas, animales de la jungla centroamericana, esas cosas, vamos. Un tema muy chulo. Y cada familia, como cada año, arrima el hombro como puede y cuando puede. Casi todo madres, -todo hay que decirlo-, y el trabajo gordo se realiza en el propio cole en horario de mañana. Aunque por supuesto para el que quiera colaborar y no pueda acudir al cole a esas horas, hay tarea para llevarse y hacer en casa.

Y yo os voy a mostrar parte de mi pequeña aportación, la más «visible», por así decirlo. Además de forrar cajas para recrear piedras, me liaron para crear una especie de friso alargado, (que recreé dándole forma tipo relieve de una serpiente emplumada), y además elaboré una estatuilla decorativa (una cabeza enmarcada), -esto me apetecía a mí, vaya; que me dio por ahí…-

Y es esto último lo que os presento en este breve tutorial DIY, similar a aquel que os presenté sobre el Sombrero Seleccionador de Hogwarts, de Harry Potter, para que veáis que con un pelín de maña podéis sacar cualquier cosa que se os ocurra, con resultados la mar de apañados.  Mola, ¿ehhh? 😉

¡Vamos a ello!

#Paso 0: recopilar materiales

Este paso es previo a empezar, claro. En este caso, yo opté por hacer la estatuilla porque tenía ya la base ideal: un poco de plastilina para modelar una carita, y un bote vacío pequeño de ColaCao ( sí, queridos lectores y lectoras: el mismo del obsequio del Madresfera Bloggers Day’17. ¡Reciclar al poder!). Con ello en mente, era cosa hecha.

El resto de material, pinceles, brochas, papel de periódico, palillos de modelar, y la pintura (témpera o acrílico, lo que tengas), lo tenía por casa, y los cartones, la cola blanca y el marco de poliexpán, me los dejaron del cole. Los palillos de modelar ayudan, pero no son imprescindibles; de hecho, con los deditos de tu mano puedes hacer maravillas, y yo casi ni los usé. Una plancha de corte o un cartón grueso (para no cargarte la mesa) y un cutter (en el caso de la cabeza de la serpiente) también se antojan muy útiles, o directamente imprescindibles.

Vamos, que todo esto es material muy básico de manualidades. El remate del plumero lo compré aparte, eso sí, en un bazar del barrio.

#Paso1: ¡a documentarse!

Aquí repetiré el mismo texto que la otra vez: este primer paso, es esencial. Aunque uno no sea capaz de hacer más que un churro, si ni siquiera SABES cómo es un churro, malamente vas, mai frend… Así queeee… ¡a guglear por imágenes toca! A hacer una búsqueda de cositas mayas: escultura maya, arte maya, dibujos mayas… Lo que sea. No hay que copiar nada literal; es simplemente buscar inspiración y fijarse en detalles que luego puedas rescatar para tu proyecto.

En mi caso, lo que me decidió por hacer una estatuilla fue directamente el material con el que contaba, aunque también tenía en mente hacer un relieve (que finalmente no pude hacer por falta de tiempo) al estilo de la cabeza de la serpiente emplumada del friso de la entrada.
DIY primer paso: documentarse

#Paso 2: construyendo la base

Esta es la parte más importante de todo el proyecto: modelar una cara, con plastilina, sobre un bote de plástico. Pero es bastante sencillo, en realidad. El problema es que el bote era liso, y aunque la plastilina es grasienta y algo pegajosa, no puedes menear mucho el bote, porque la plasti se adhiere muy superficialmente, y puede irse desprendiendo con relativa facilidad.

Pero tú tranqui, a tu ritmo, dando la forma y la expresión que quieras, y al lío. Y sin muchos detalles, porque el resultado que buscas es algo medio tosco en esencia: no olvides que buscamos recrear algo así como una talla en piedra de hace mil años, así que… ¡No te comas mucho la cabeza!

DIY segundo paso: base

#Paso 3: forrando con papel

Una vez modelada la cara (ojos, cejas, pómulos, nariz y boca, y chimpún), toca ponerse con el papeleo: ¡Papel maché! ¡El rey de las manualidades! Es decir, recubrirlo todo con capas de papel (de periódico, en este caso, que nos interesa por lo fino que es y por la textura que nos va a dejar, arrugas y demás). Para ello, recordad nuestro querido… ¡¡Mejunje ART-ATTACK!! La fórmula típica nos irá bien: una parte de agua y una parte de cola blanca de carpintero, pero podéis hacerlo más fluido, si queréis.

Aquí es importante aclarar una cosa: la plastilina va a quedar «sepultada» debajo de todo ese papel, como si fuera un armazón, y por tanto, vas a perderla, ojocuidao. Así que usa una plastilina baratucha, o bien usa los desechos de tus peques.

Y si usas una de buena calidad y la quieres recuperar, te ofrezco dos opciones:

  • Cuando acabe la actividad, recupera el objeto, lo rompes y rascas lo que puedas. Así de fácil. Arte efímero.
  • Si no optas por eso, y quieres conservar la figurilla, tendrías que añadir más capas de papel para que haga una base más sólida, y una vez seca, recortar con un cutter con cuidado por el perfil (recuerda que irá pegado al bote), sacar toda la plastilina que puedas, y pegar de nuevo al bote todo ese perfil, por los bordes, con más papel maché. No es difícil, pero es más largo, rollo y algo delicado. Y en el proceso de añadir más capas, seguramente perderás detalles del modelado. Tú verás si te compensa.

Otra cosa es que uno parta de un material más barato (que se puede) para hacer la base, en lugar de usar plasti: arcilla, cartón, papel…

DIY tercer paso: papel maché

#Paso 4: dando los detalles

Una vez hecha la base, la cabeza, la estructura, queda añadir los detalles; todos los que quieras y que se te ocurran. Cuantos más, mejor (pero más implica más tiempo de curro también, claro, así que busca un límite).

Adornos, joyas, elementos decorativos, sombreros, lo que sea: dibújalos en un cartón, recorta, forra con papel maché como has hecho con lo anterior, y ve añadiendo a la estructura principal. Y así completarás toda la forma definitiva de la estatuilla. (O lo que sea que quieras hacer).

DIY cuarto paso: añadiendo detalles DIY cuarto paso: añadiendo detalles

#Paso 5: montando

En este caso, aprovechando que tenía un estupendo marco improvisado de corcho blanco (poliexpán), tenía en mente colocar la estatuilla como empotrada en el medio, para que luciera más y darle así también un contexto físico, a la vez que un soporte.

Para ello, simplemente pegué una plancha de cartón por detrás del marco, y recorté un hueco en el medio, donde incrusté la estatuilla, fijándola con cola y papel, del mismo modo que en el paso anterior. Si quieres reforzar, por detrás del marco, ya que no se ve, puedes hacerlo como quieras y usar lo que quieras: cinta adhesiva, cola, o lo que prefieras.

DIY quinto paso: montando en el marcoDIY quinto paso: montando en el marco

 #Paso 6: ¡pintura y acabado final!

Ya solamente queda el remate: ¡la pintura! Esto es lo que lo unificará todo: nos generará el aspecto que queremos y nos proporcionará la textura que buscamos, todo a la vez. En esta última parte, igual que con las demás, puedes esmerarte más o menos dependiendo del resultado que quieras. A poquito que hagas, ya va a quedar de fábula, os lo aseguro.

En este ejemplo, apliqué primero una mano de color negro, o gris muy oscuro, muy líquido, para cubrirlo todo, como base. Y sobre esa base, fui pintando las «luces», es decir, aplicando gris más claro o directamente detallitos casi en blanco, para sacar el aspecto que me interesaba, por encima.

En este punto, para aprovechar bien la textura arrugada, la mejor técnica para hacer esto, es usar poca pintura y frotar por encima suavemente, para que la capa permanezca por las zonas superiores y no penetre en los pliegues; es lo que se conoce como técnica de «pincel seco». (En Internet tenéis mucha información sobre esta técnica).

DIY último paso: pintando

…¡¡Y terminadoooooooooooo!!  

Y así es como quedó al final. Os muestro también el resultado final de cómo quedó todo colocado en la fachada del colegio:
DIY estatuilla maya resultado final
la fachada del colegio, decorada como unas ruinas de la selva maya
de noche, la fachada del colegio, decorada como unas ruinas de la selva maya
Detalle del friso con la cabeza de la serpiente emplumada
Colocación final de la estatuilla

 

Al final, el cole se ha quedado las piezas para guardarlas y conservarlas en sus fondos, y lo pondrán en alguna parte, así que estupendo, porque el 99% de todo este currazo, termina fulminado al día siguiente…

¡¡Espero que os haya gustado!! 😉 

Autor: ¡Y yo con estas barbas!

Ilustrador, diseñador y orgulloso nuevo papá de una lechona linda como la brisa del mar... Ando en constante diálogo con el día a día, persiguiendo a esa esquiva, la plena felicidad.

6 pensamientos en “DIY decoración maya

  1. O_O Pero, pero, pero…

    A mí estas cosas antes se me daban bien. Lo aplicaba sobre todo a la hora de hacer disfraces, que es algo que a mamá y a mí siempre nos ha encantado. Pero oye, desde que nos fuimos de casa de nuestros padres siempre vivo con la sensación de que no tengo nada para hacer este tipo de virguerías. ¡Con la de chismes y herramientas que tiene siempre mi padre en el trastero! Y ahora que ya nunca encuentro tiempo para ninguna actividad medianamente larga ya ni te cuento, jajaja. Pero oye, a ver si me cruzo con alguna excusa próximamente porque me has dado mucha envidia. ¡Qué pasada, por favor!

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    • ¡Ey, Enrique! Pues todo es ponerse, majo… No me dirás que a lo largo del año no salen oportunidades para enfangarse con alguna cosilla de estas… Yo tengo muchas ganas de apuntarme a algún cursito intensivo de corte y confección con máquina de coser, para dar rienda suelta al mundo disfraz… Jajajaja. De los materiales no te hablo, que me pasa lo mismo, que la mayoría están todavía en casa de los «abuelos»… 😉

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  2. Cuando me toque hacer algo de esto, ya se a quien preguntar ideas 🙂

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  3. Pero vaya currada no??? Es chulísimo!!! Tomo nota por si me toca, este año mi churumbelita pasará ya al cole 😱 menos mal q es de las grandotas. Nosotros este año para carnaval nos curramos un dragón enorme para la carroza, quedó muy chulo y el esfuerzo valió un tercer premio! Pero lo q tu dices, luego a la basura o quemado o vete a saber!!

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    • ¡Sííííí…! La verdad es que sí que es una currada… (Y ya te hablo en general, del trabajo de toda la actividad, vaya…) Pero sí que es cierto que compensa y que en ello se vierten muchas cosas positivas y beneficiosas para todos, los peques, los padres, etc. Es una labor bastante gratificante, yo creo. ¡¡Hay que perder los miedos, el que los tenga o la que los tenga, y liarse con el material a sacar cosas caseras pero muyyy chulas!! 😀

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