Y yo con estas barbas

Relatos sobre mis experiencias y expectativas como padre novato


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Día del Padre

Este pasado sábado, hace dos días, ha sido el Día del Padre.

Y seguramente, en mis ocho años como padre, no estoy muy lejos de afirmar que seguramente ha sido el año en que menos ilusión me ha hecho esta fecha.

En general, soy de esta gente triste, rancia y estúpida que minusvalora el hecho de pasar etapas atendiendo al calendario anual: no me hace especial gracia ni ilusión ni mi cumpleaños (raro es el año que lo celebro con algo…) ni los cumpleaños ajenos. Para mí, San Valentín no existiría (de nos ser porque suelo comprarle una planta cada año a mi Churri, por la coña. Bueno, solía, más bien, que ya ni eso, porque me dijo que no quería tener más cadáveres sobre su conciencia, y he desistido por tanto, del tema…), y no os miento si os digo que me cuesta recordar mi fecha de aniversario de boda, ni especial interés que tengo. Por supuesto, tampoco he tenido nunca un «santo» que celebrar.

No es una falta de romanticismo, o algo así… Es que lo de que pase el tiempo supongo que no me hace especial ilusión. De toda la vida ha sido así, y ya está. Alguna inmadurez latente, o algún carajo de eso, qué sé yo. Taritas tontas que tiene uno y ya está. Supongo que veo lo de caer hojas del calendario desde la parte del vaso medio vacío, en lugar de alegrarme por ir pasando etapas, que sería la parte del vaso medio lleno. Y con el Día del Padre me ha pasado siempre un poco igual, como con tantas cosas.

Reconozco que hay celebraciones que a lo mejor se me escapan un poco. Uno es padre, o debería serlo y ejercer como tal, los 365 días al año, y no sé muy bien qué hay detrás de celebrar algo así puntualmente más allá del pelotazo mercadotécnico. Pero reconozco igualmente que bien se puede usar este día como pequeño punto de inflexión para pararse y reflexionar sobre de dónde viene uno y hacia dónde se está dirigiendo.

Como proponen mis queridos papis blogueros, este año uso estos cinco minutos de reflexión para pensar en cómo llevo todo esto; en si de verdad soy el padre que pensaba que sería. Y no, por supuesto que no. Pero tampoco el margen entre uno y otro es algo tremendamente exagerado, por el simple motivo de que nunca he pretendido tampoco ser nada del otro jueves. Quizás suene un poco triste dicho así, pero mis metas como padre son en esencia bastante humildes, en general. Bueno, no sé si humildes, pero desde luego, no grandilocuentes. Lo de conquistar el mundo se lo dejo al Dr. Maligno y a su Mini-Yo.

Y es que creo que en lo básico, sigo cumpliendo: mis criaturas siguen vivas y coleando (¡minipunto para mi Churri y para mí!). Siguen teniendo todas sus extremidades, sus órganos y sus funciones motoras en perfecto estado (más allá de algún hueso fisurado, y esas cosas de ir como críos por la calle…) Siguen creciendo sanos y aparentemente felices (con sus pequeños chascos y berrinches cotidianos lícitos y autorizados de dramachildren…) y no les falta su plato en la mesa, su ropa, su cama, su techo, su educación, su abundante ración de afecto e incluso una más que aceptable presencia de dádivas de las llamadas «superfluas», a las que también tienen su derecho de vez en cuando.

Habrá quienes deseen un futuro lleno de gloria olímpica para sus pequeños. Lleno de abundancia económica o de triunfos laborales. Claro que yo también quiero que triunfen en lo laboral, nos ha jodío, pero no para que simplemente lleven una vida desahogada en lo financiero (que sí, no vayamos de flowerpawers ahora), sino más bien mi anhelo es aspirar a que logren algo que igual suena más a mundano, pero que igualmente me parece algo bastante complejo y complicado de conseguir:

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Yo quisiera que encuentren el camino hacia un desarrollo que vaya en sintonía con sus creencias y su confort, con el que se sientan a gusto y a ser posible disfruten y sean felices, lejos de la alienación, la explotación y el sufrimiento sin sentido. Eso es a lo que realmente aspiro como padre, hoy día.

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Si consiguen eso y además se ganan bien y honradamente la vida, me sentiré la persona más afortunada del planeta.

Pero centrándome en el tema y yendo más al hilo de la cuestión, sí, mentiría si no dijese que…

Me imaginaba viajando mucho más con ellos. Y el «caserismo» nos puede y nos arrastra a todos.

Me imaginaba más resolutivo. Y sigo dejando en manos de mi Churri muchas más cosas de las que debería. Sigo trabajando en ello, y sé que no es excusa.

Me imaginaba dándoles un hogar mejor que el que tienen, pero mi inmovilismo frente al cambio hace que mis contradicciones salgan a flote azotándome a la cara cada dos días y medio.

Me imaginaba compartiendo con ellos muchas cosas que luego descubres que a día de hoy, todavía no les interesan una mierda. Así que aquí sigo, esperando, pero sin arrojar la toalla.

Me imaginaba, de la misma manera, compartiendo con ellos muchas cosas que luego descubres también que en el fondo a ti no te interesan, o no te apetecen, otra mierda. El término «librarse de…» realmente adquiere otra dimensión cuando uno se mete en esto, por fortuna o por desgracia.

Me imaginaba que podría manejar las cosas de otra manera, y resulta que me cuesta aguantarme incluso a mí mismo muchas más veces de lo que me hubiera pensado. Imagínate a ellos.

Me imaginaba con más energía. Así, a secas. No le voy a añadir más coletilla a este punto. Ya tú sabeh…

Me imaginaba más organizado. Y a veces pienso si el caos que a veces veo en ellos no empieza por el reflejo que les proyectamos. -‘Abraza el caos…’- predica en cambio y con razón una sabia que conozco.

Me imaginaba un futuro más luminoso, pero parece que la sociedad se empeña cada vez más en arrojar capas de tinieblas y escombros sobre todos y sobre todo. -‘Corren malos tiempos para los soñadores…’- dijo el poeta. O quizás eso también lo he soñado.

Lo sé. Tengo todavía demasiadas cosas en el «debe» del zurrón de la familia y la paternidad. Pero bueno… -‘Esto es una carrera de fondo, amigo mío…’- dijo el filósofo. O algo así. Pero como este, esta es otra cosa que cada vez me voy tomando con más… filosofía.

Pensar demasiado en el padre que quieres ser está bien, pero prefiero bajar a la realidad e ir bregando con las cosas tal y como van viniendo, y a día de hoy prefiero no perder el norte y poner los checks verdes a lo básico y realmente importante. Supongo que tener metas está muy bien, pero en este tema, ya me va bien simplemente recorriendo los kilómetros feliz de no caerme en una montonera en medio del pelotón, y salir de ahí rezando aquel -‘Virgencita, virgencita, que nos quedemos como estamos…’- que decía el verdadero creyente.

-‘¡Estos críos de hoy en día viven de puta madre…! Ya tirarán p’alante…’- Dijo también el cuñao de alguien. Y algo de razón también habría que darle, sorprendentemente. Al menos eso espero.

Por causas diversas… Cosas que veo flotando en el ambiente… Circunstancias familiares… Llamadlo X... No estaba siendo un Día del Padre especialmente interesante, como os comentaba al empezar. Cero interés. Cero ilusión. Menos ganas que nunca.

Pero en estas que llega mi hijo, y me hizo espontáneamente un retrato en cero coma. Y me lo regaló. Por ser el Día del Padre. También me regalaron otro par de detalles más tarde: un sacapuntas eléctrico y una goma de borrar eléctrica. ¡Qué flipe! Y eso mejoró ampliamente mi día. ¡Minipunto para mi chico y minipunto para mis chicas!

Creo que nunca me he visto tan guapetón.

Mis hijos me quieren, y disfrutan a su manera del Día del Padre. Y eso me parece perfecto. Yo, a mi tosca manera, seguramente también, aunque me cueste demostrarlo.

No podría pedir nada mejor para este día. Quizás no soy el padre que alguna vez pensé que sería, pero… ¿Y quién lo es? Y además… ¿Qué importa en realidad? Seguiré intentando ser el mejor papá para vosotros, que es lo que cuenta. Y prometo (intentar), eso sí, venga, no ser el padre más soso y flojainas de nuestro portal.

Os quiero.

PD01: ¡Ah…! Si estás pasando también por estos pensamientos, no te juzgues demasiado duro. Seguramente lo estás haciendo mucho mejor de lo que crees. Repasa los básicos que te decía arriba, y verás. Y te recomiendo este hilo de Twitter, bien puedes aplicártelo a ti mismo, casi seguro. 😉

PD02: este post viene a cuento como participación en la iniciativa del #MesPadre ’22 de Papás Blogueros, con la propuesta «No soy el padre que pensaba que sería».


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Feliz Día del Padre

Porque es algo para toda la vida. Aprovéchalo: disfruta tu paternidad; aprende y participa de ella. Y lo más importante de todo… Aunque hoy está marcado en el calendario oficial, no olvides celebrar tu paternidad cada día del año.

¡¡FELICIDADES, DE PARTE DE PAPÁS BLOGUEROS, A TODOS LOS PADRES DEL UNIVERSO!!


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#YoSoyDe

Quizás seas de comer croquetas de la abuela, de esas recién hechas con las sobras del cocido, o igual eres más de algo modernillo y urbanita, rollo sushi.

A lo mejor eres de esos a los que todavía le embriaga el olor de la tinta impresa y el tacto áspero del papel, o lo mismo eres fan de la pantallita del Kindle.

Puede que seas de esos de blanco, los que juegan con el balón esférico, o lo mismo eres de los otros de negro, esos grandotes que patean con el balón oval.

Lo mismo eres todavía un apasionado sin remedio del vinilo, o quién sabe si igual eres un acumulador de discográficas kilométricas mp3 de discos duros.

Intuyo que tienes pinta de ser usuario acérrimo del transporte público, mientras que tú tienes pinta de ser de pillar tu coche nuevo hasta para ir a mear.

Sé que tú eres un incondicional de las urnas, y en cambio tú, eres de los que ejercen su muy respetable y democrático derecho a pasar olímpicamente de todo.

Yo siempre he sido muy fan de Magic Johnson, y tú siempre fuiste un loco de Michael Jordan. (Bueno, igual todos hemos sido un poco de Jordan, okey…)

Hoy parece que todos son de Chuck Norris o Jackie Chan, cuando de toda la vida de Dios todos sabemos que el único trono eterno es del AMO Bruce Lee.

eres de los rojos, y yo soy de los verdeseres de tu padre, amigo. Y yo soy de mi madre. Ya puestos puede que aquel, vete tú a saber, sea del butanero.

 

Yo soy de escuchar. Tú eres de leer. Él es de hablar. Nosotros somos de escribir. Vosotros sois de gritar. Ellos son de… Bueno, de dar por saco. (Que de todo hay). Cada padre de este mundo, ES DE una manera y ES DE una cosa. Y tiene que ser así, porque la riqueza se encuentra en lo diferente. Pero, por encima de todas las demás cosas, TODOS los padres somos, muy… pero que muy…

…DE NUESTROS HIJOS. Siempre.

Que lo sepáis, queridos niños: nuestro mejor regalo, siempre seréis VOSOTROS:

 

Mi mejor regalo siempre serás tú, mi preciosa Lechona, y siempre serás tú, mi amadísimo Gorrioncillo.

 

Muchísimas gracias a todos los papis que conforman el colectivo Papás Blogueros, por esta maravillosa iniciativa de cara al próximo Día del Padre, que una vez más pone de manifiesto que otra paternidad es posible, una paternidad implicada, presencial, cariñosa, responsable, cuidadora y respetuosa. Y que remando juntos al final conseguiremos llegar al puerto que todos y todas deseamos. Al final, cambiaremos el mundo, ya lo veréis.

FELIZ PRÓXIMO DÍA DEL PADRE 


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Bocadillo de calamares

29 DE ENERO. 2016

Es viernes por la noche. Unos cuantos tipos realizan una quedada. Es en el centro de Madrid. Algunos son de aquí; otros vienen de fuera. Todos se encuentran ahí por un motivo: al día siguiente, tienen, en cierto sentido, su… «día grande». Han venido a una especie de encuentro, en este fin de semana, pero primero querían verse la noche antes, por aquello de ir calentando motores. Y a todos ellos les unen tres cosas:

  • Una: son blogueros. O bloggers, -que se dice en el argot-. ¿Y eso qué carajo es? Bueno, imagino que la pregunta carece de sentido, si ya estás leyendo esto, ¿verdad? Es gente… que escribe, que escribimos, en Internet.
  • Dos: son padres. Todos ellos. De uno, de dos, de tres… De seis. Y sí, acertaréis quienes penséis que, efectivamente, lo de antes va unido en cierta forma a esto. Son padres, que escriben. Normalmente, sobre cosas de… Padres.
  • Y tres: a todos, les preocupa, y mucho, su papel como tales; como padres. Como maridos. Como hombres. Les preocupa el presente, pero también el futuro; de ellos, de sus parejas, y por encima de lo demás, de sus hijos e hijas.

Algunos ya se conocían en persona; otros, de vista, o de las «redes». Pero para la mayoría era la primera vez que se veían y encontraban en un cara a cara. Desvirtualizar, lo llaman a esto, también. Aquí tienen nombres para todo, esta gente.

Poco a poco van llegando todos: Fer, Manolo, Serafín, Joaquim, Carlos, Dani, David… y un servidor, que les escribe. Poco a poco las lenguas se sueltan, y a la par que la charla se anima, tambores de guerra van tronando en los fieros estómagos de estos muchachos. La promesa de la joya gastronómica de Madrid no se hace esperar. El bocata llama, y los chicos acuden, cruzando como una flecha los agrisados adoquines de una Plaza Mayor que les sonríe.

El bocata de calamares. Podría decirse bien: la humilde y esperada guinda de la noche. Todos caen en su magnético atractivo embriagador. Y la velada cumple con nota su objetivo. Ni posteriores raros brebajes de color rosa que algún avispado camarero pretende pasar por cócteles, pueden llevarse la sensación de que en esa noche ha ocurrido algo grande; como cuando uno encuentra a un hermano perdido, en cierta forma. Ya me entendéis.

Al día siguiente, la JORNADA: el encuentro de bloggers. Todavía se une algún papi más por allí, a la fiesta; una fiesta que supondrá, quizás, un antes y un después en todo este meollo. José María, Adrián, Pau… Gente noble, hermosa, comprometida. Como todos los presentes aquel glorioso día.

El fin de semana acaba, y uno se queda todavía con la piel erizada. La estática de lo vivido sigue flotando en el ambiente, echando sus hipnóticas chispas al aire. Ninguno vive de esto, pero de alguna manera, es un espaldarazo hacia el sentimiento cada vez más fuerte de que, por contra, esto SÍ VIVE ya en nosotros. El escribir, el compartir experiencias sobre la paternidad. 

Las semanas y los meses van pasando. Ese grupo de padres escritores, de papás blogueros, va creciendo, poco a poco. Organizándose. Planteando cosas. Estableciendo acciones. Alcanzando hitos. Se juntan para hacer campañas: graban vídeos, acuden a eventos… También cometen errores. Es inevitable en todo proceso de crecimiento y aprendizaje. Todo ello sin dejar de lado lo que les hace ser lo que son: letras. Hijos. Sentimientos. Valores sociales. Compromiso, en definitiva. Y ganas de cambiar este mundo a veces tan miserable. A veces tan duro. A veces tan caótico. A veces tan injusto. Pero se van haciendo su huequecito… Como hormiguitas. Todos, cada uno de ellos, con la misma sensación de que esto ya no se para…

18 DE FEBRERO DE 2017

Un año pasó de aquella primera reunión. Ahora, igualmente, se repite la misma jugada. Pero ya no son solamente ocho almas las que deciden acudir. Esta vez serán un buen puñado más; puede que el doble. Y nuevas sinergias, nuevos bríos, nuevas conversaciones, nuevas propuestas y nuevas alegrías saldrán de entre tanto abrazo paternal. Porque siguen siendo padres, y les sigue moviendo lo mismo que un año atrás. Este año, hay mucho que comentar: tienen más días de permiso por paternidad, cuando sus parejas den a luz a sus bebés. Algunos de ellos incluso han dado el pelotazo y sus trabajos en la red, o fuera de ella, se han empezado a abrir a audiencias mucho mayores. Todos, han afianzado su presencia en la misma sociedad, ¡qué narices! Y todos con la firme promesa de seguir dándole gas…

8 DE MAYO DE 2020

De aquel grupo inicial de padres comprometidos, alguno cayó ya por el camino. Era inevitable. ¿Pero queréis saber algo? Son muchos más los que han venido detrás. Los que se han unido. Los que han visto que aquí no solamente se escriben tontunas de calzonazos, sino que se trabaja por algo importante. Los que han decidido que también quieren dar un rumbo nuevo a su futuro. Los que tampoco se conforman con ser meros espectadores pasivos de las noticias escabrosas del Telediario de turno. Los que también quieren algo mejor en sus vidas, y en las de sus familias. Esta gente ya tiene su propia reunión anual organizada. Ya tienen claro el rumbo a seguir, y siguen codo a codo, igual de hormiguitas que siempre, picando en la sociedad, para tratar de inculcar lo que para ellos siempre fue, en definitiva, algo lógico y de recibo: un trato igualitario respecto a las mujeres; el fin de la violencia de género; el fin del abuso infantil; un compromiso equitativo y real respeto a los cuidados en casa y las tareas del hogar; la inclusión de las minorías desfavorecidas e «invisibles» de la sociedad…  Una vida, en definitiva, más justa, encaminada hacia la búsqueda de la felicidad familiar, más que en buscar el éxito laboral, por encima de todas las demás cosas. ¡Tantas y tantas cosas! Tan lógicas, y a la vez tan utópicas.

15 DE SEPTIEMBRE DE 2024

Este grupo de padres ya es un movimiento masivo nacional, y esta semilla del nuevo hombre contemporáneo parece arraigar con fuerza en muchos territorios. Se han promulgado leyes racionales para conciliar DE VERDAD vida laboral y familiar. Las industrias juguetera y de moda abrazan de una vez la política de elaboración de productos no sexistas. La lacra de la discriminación y la violencia hacia las mujeres parece mostrar signos de estancamiento, cuando no ya de claro descenso en algunos ámbitos. El índice de varones que deciden pedir reducciones de jornada por guarda legal en el trabajo no hace sino aumentar. Y se incentivan. La paternidad y la familia han conquistado definitivamente la agenda como punto prioritario y de máximo interés por parte de los políticos. Grupos de padres se encuentran por toda nuestra geografía, intentando hacerse un hueco en el planteamiento diario vital de cada barrio, haciendo de la necesidad de comunicarse, un hecho cotidiano al que dan rienda suelta sin pudor y sin vergüenza. «Hablar» parece ser la nueva consinga, gente… En las redes, y en la calle.

35 AÑOS DESPUÉS…

Daniela Jiménez Blanco es nombrada Presidenta del Gobierno. Creció y estudió aquí. Alba SanJuán Tomelloso es Premio Nóbel de Medicina. Creció y estudió aquí. Solamente son dos ejemplos de mujeres que han logrado copar los más altos cargos de prestigio en nuestra sociedad. Mujeres que pudieron desarrollarse física, mental, cultural y espiritualmente sin trabas, dependiendo únicamente de sus logros y su brillante esfuerzo, y que comparten responsabilidades codo a codo con sus iguales masculinos en idénticas condiciones sociales y laborales.

Ellas bien pueden ser nuestras hijas. Tu hija. Mi hija. Han podido crecer en un entorno verdaderamente sano, libre de etiquetas, libre de prejuicios y libre de todas aquellas mierdas que encorsetaban a las personas de su mismo género y que lacraban a sus madres solamente una generación atrás, por el simple hecho de nacer mujeres. Porque en un momento dado, sus padres, tú, yo, el vecino del 5º… comprendimos que el pasado en el que vivíamos no era el futuro que queríamos; ni para ellas ni para nosotros. Los hombres supimos, quisimos y pudimos ver ese cambio, y muchos de nosotros lo abrazamos. Porque vimos y comprendimos… Soñamos… Que era lo mejor y lo más justo. Costó… Costó mucho. Muchísimo. Un esfuerzo de cambio de mentalidad, generacional, infinito. Pero se hizo. Se pudo soñar… y se logró. Y ahora tenemos para nosotros y nuestra descendencia, el mundo que siempre quisimos tener.

 

Y despierto, y de nuevo regreso al presente... Al actual. Al inicio, o casi, de este bonito sueño utópico, o quizás no tan utópico, del que por otra parte, me siento muy orgulloso de formar. El sueño de luchar por un futuro mejor, para mis hijos, para todos. Un futuro, cuyas raíces bien pudieran hundirse, por qué no, y quién nos lo iba a decir, en un pequeño grupo de padres que un día decidieron juntarse…

…en torno a un hermoso, sabroso y muy madrileño, bocata de calamares.

el bocadillo de calamares del aniversario


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Entrando en las redes sociales

Acercándose la fecha en la que este modesto sitio cumplirá los 2 años de viaje, hoy puedo anunciar con alegría y alborozo, que poco a poco, la segunda premisa con la que este blog fue creado, se va cumpliendo.

Decía en mi post inaugural, que una de las dos razones que me llevaban a abrirme un sitio como esta página, era la de tratar de acercarme al lado más tecnológico de la sociedad. Trabajando como lo hago, con ordenadores, en el ámbito del grafismo, el diseño y demás, no era muy lógica mi reticencia a entrar en el rodillo tecnológico de lo que adora la masa. (Pero claro, muy lógico, muy lógico, yo tampoco soy…)

De tal forma que parte de mi meta era ir subsanando ese tipo de… ¿carencias? Y vaya… Un primer paso ya lo adelanté este otoño pasado, con mi primer esmarfon, así que desde entonces ya soy un tipo guasaperamente activo.

Y otro pasito más lo he dado este mes pasado… Y lo reafirmo doblemente hoy mismo. Para no fallar a la esencia y como siempre en este blog, retomando la marca de la casa, anuncio y presento las cosas unas cuantas semanas después de que estas hayan ocurrido. (¡A veces, meses…!)

Para las rezagadas y rezagados que todavía no se hayan enterado, o no frecuenten habitualmente estos patios de vecinas, hoy coloco en el lateral del blog la referencia a mi primera gran incursión en las redes sociales:

¡¡¡ME HE HECHO TUITERO…!!!

Me puedes encontrar en Twitter.

Sí, sí… Ya sabéis. De los de la secta del pajarito azul. Nombre de guerra: @estasbarbas. (Un abrazo al tío Joaquín, desde aquí…)

Y para seguir celebrando esta locura de nuevas relaciones sociales 2.0 de inicio de año, fruto de la colaboración (y empecinamiento) con este grupo de maravillosos y entrañables chalados 1.0, que son la gente de papás blogueros, me he seguido liando la manta a la cabeza, y he añadido a la colección de nuevos piscinazos a lo loco…

…¡¡MI PRIMERA INCURSIÓN EN YOU TUBE!! 😀 😀

Se trata de mi participación en el reto propuesto desde papás blogueros, creado por Carlos Escudero (aka Un papá como Vader), y tras la debida invitación por parte de los grandes Pau, de Niños emprendedores, y José María, de La parejita de golpe, conocido como #onewashclothchallenge: el reto de sacar una única toallita de bebé, de un paquete, con una sola mano, y en un único intento.

El objetivo detrás de esta chorrada: darnos luz, voz, visibilidad y difusión a los padres que pretendemos desarrollar una sociedad más igualitaria y justa, por medio de una crianza en el que la paternidad cumpla un rol más activo. Queremos ser padres implicados, en definitiva. Y pensamos que dar ejemplo puede ser algo positivo. Así que para ello nos ofrecemos a esta y otras iniciativas y locuras diversas.

Sin más, os dejo con mi puesta de largo en el mundillo audiovisual. Espero que os guste esta pequeña locura. Yo al menos, he aprendido y me he divertido realizándolo…

 

¿Y qué pasa con Facebook, Instagram, etc…?

Pues que todo llegará. Que tampoco es cuestión ahora de que me salga un esguince, de tanto correr así a bote pronto, carajo… Eso sí, prometo que antes de que pasen otros dos años.