Y yo con estas barbas

Relatos sobre mis experiencias y expectativas como padre novato

Y yo con estos cómics

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Imagen promocional del episodio de febrero de la sección Y yo con estos cómics.

Me gustan los cómics.

Me han gustado desde siempre. No es que aprendiera a leer con ellos, que tampoco es eso. De hecho, no cambiaría por nada del mundo mi primer libro del que tengo recuerdo haber leído: ‘Jim Botón y Lucas el maquinista’, del dios Michael Ende. Pero sí que los tebeos se colaron por casa desde muy pronto.

Gracias a ellos, puedo decir que pasé una infancia y una adolescencia de lo más entretenida, y me reconozco como un niño bastante lector. Y los cómics siempre estuvieron ahí, en primera fila.

Mi amor y devoción por ellos no disminuyeron con el paso de los años, de tal forma que cuando ya estaba bien entrado en época de salir los findes con los colegas, los cómics eran ya mi «patrón oro» particular. Era la medida en que valoraba el resto de cosas. -«¿Una copa? Hmmmm… Esto son tres tebeos. No me compensa, paso.»– Y así todo. Todo lo ponía en valor respecto a eso. Y la verdad es que mi paga semanal tampoco era nada del otro jueves.

El caso es que nunca he dejado de leer, comprar o coleccionar. Y cada año me voy enamorando más del medio. No os negaré que hay altibajos, como en todo. Muchos. Pero bueno, el caso es que siempre están y han estado ahí.

Es importante no llevarse a engaño con una cosa: el viejo runrún de «los tebeos son algo infantil y de críos» tan rancio y caduco, hace ya mucho que es algo que había dejado de ser algo realmente con fundamento, porque precisamente si algo ha adolecido el panorama del cómic en las últimas décadas, era de una dolorosa falta de atención desde las editoriales hacia este sector poblacional. Lo que salía era realmente escaso, en comparación con el resto de publicaciones.

Paradójicamente, en un mundo de superhéroes pechugones hiperatrofiados oscuros y violentos, de mangas, de cómic noir, independientes o underground, los críos han sido uno de los sectores más olvidados, en realidad. Costaba un mundo encontrar algo de verdad para críos en las estanterías de las tiendas. Algo pensado y desarrollado concretamente para ellos. Los críos, como siempre, a la cola de todo. (Podéis ampliar el arco, si queréis. Pensad en la música infantil, por poneros otro ejemplo similar. Otro desierto durante demasiado tiempo…)

Pero esto sí ha cambiado, afortunadamente. La enorme cantidad y variedad de títulos de calidad, interesantes y divertidos que hay hoy día, es algo realmente a celebrar y es algo de lo que padres y madres deberiamos aprovecharnos. El mundo editorial ha visto la nueva gallina de los huevos de oro y en los últimos años se están poniendo las pilas. Estamos en la cresta de una buena ola, y una que cada vez va creciendo más y más.

Y es justamente ahora, en estos tiempos en que mi hija ha ido empezando primaria, que está arrancando a aprender a leer, cuando todo confluye aquí y veo que tengo un tesoro para ella. Para los dos, en realidad, aunque el pequeño todavía no sabe leer. No solamente me refiero a baldas llenas de cómics, sino a algo más importante: la certeza de que leer cómics puede serle útil y beneficioso para desarrollar esa capacidad, ese aprendizaje, y además, conseguir el premio gordo del enganche y el amor por la lectura. Porque además, leer es algo divertido y excitante.

Las grandes cosechas para la vida se siembran en esta tierna etapa, al fin y al cabo.

Vengo desde hace ya más de tres años trabajando bastante en casa con esto, y precisamente lo que lo ha hecho posible es este excepcional momento dulce que vive actualmente el sector editorial específico de cómic infantil del que os hablo.

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Y LO MÁS IMPORTANTE PARA MÍ DE TODO ESTO. HE COMPROBADO QUE FUNCIONA.

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No es una receta mágica. No es una panacea. No es el remedio a todos los problemas. Pero sí es una ayuda más. Un asidero al que agarrarnos. Una herramienta más, si lo preferís. Y una poderosa, además, si sabéis jugar bien vuestras cartas.

Varios proyectos se han ido formando en mi cabeza a propósito de todo esto, y algunas metas he podido conseguir ya. La más clara y evidente hasta ahora, por supuesto, es la oportunidad que me brindó mi querida Mónica de participar en su nueva sección del podcast de Madresfera sobre cómics. Hay interés.

«Ya que es Madresfera, una comunidad para padres y madres, hagamos una sección sobre cómic infantil, que es algo totalmente en auge. Y podemos hacerlo hablando de las novedades, de lo que está saliendo en el mercado, para que los oyentes sepan qué se cuece en las tiendas. Y yo lo haría mes a mes, si te parece, porque hay mucho de lo que hablar, ya lo verás…»-

Y en estas, ya llevamos medio año. Seis programas, el último este domingo aprovechando el primer Día del Cómic en España, en los que hemos ofrecido a nuestra audiencia una pequeña porción de la fantástica realidad de esta rica y jugosa tarta que son los cómics actuales para niños y niñas. No nos metemos -apenas- en los clásicos universales; en obras que llevan en nuestra estantería desde toda la vida… Hablamos de lo más nuevo; de lo reciente. De lo que tantos y tantas grandes autores y autoras están creando hoy día. Obras llenas de audacia. Llenas de color. Llenas de intención. Llenas de diversión.

A lo largo de estos seis meses, hemos llevado a los hogares de todo aquel que ha querido vernos y escucharnos, una hermosa turra consistente en 728 minutos de charla, exponiendo, reseñando o simplemente dialogando ampliamente sobre una cantidad de 32 volúmenes diferentes, procedentes de 17 sellos editoriales distintos, sin contar las menciones breves a otros tantos títulos que nos vamos dejando en nuestro tintero particular en cada programa, y sobre cómics que abarcan un rango de edad desde los 4 hasta los 12 años (y más, seguramente). No es poco, de verdad.

Y sí, la verdad es que podríamos condensar todo eso, seguro, y tratar de sacar el mismo contenido en una sexta parte del tiempo que empleamos, pero no os voy a engañar. Una vez me pongo, la lengua se me dispara, y me cuesta. Nos cuesta. Porque es algo que nos gusta. Y nos sale así. O porque soy novato en esto y me sale así, más bien. Como todo producto, siempre es mejorable, y seguimos en eso, de verdad, pero poco a poco. Intentamos sacar todo el contenido del que hablamos con todo el mimo del mundo, porque creemos que los oyentes y las obras que comentamos se merecen que les ofrezcamos lo mejor que podemos darles.

Y aquí seguiremos. Aprendiendo. Y con la misma filosofía: divulgar; tratar de ser ese modesto espacio, esa pequeña ventana abierta donde cada madre o padre interesado en ofrecer nuevas y diferentes posibilidades lectoras a sus hijos e hijas (y a ellos mismos, ya de paso…), pueda asomarse cada mes y palpar de primera mano todas esas hermosas páginas que andan corriendo por ahí como locas.

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Para crear afición a la lectura. Para crear nuevos lectores y lectoras. Para dar valor a este medio cultural tan fantástico y que tantas y tantas posibilidades puede ofrecer, a tantos y tantos niveles.

Para todo esto, decidimos abrir este espacio hace ya seis meses.

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No somos un medio especializado en cómics. No somos críticos afamados ni influencers de la industria, ni pretendemos serlo, ni lo seremos nunca. Ni nuestra idea es dirigirnos a una audiencia muy conocedora, que ya está realmente metida en el mundillo y que por tanto está ojo avizor hasta del más mínimo detalle de todo lo que se cuece en el subsuelo comiquero.

Más bien es justo al contrario: aunque lógicamente toda la audiencia es bienvenida, nos gusta hablar para toda esa gente que tiene inquietudes y anda quizás curioseando o buscando algo concreto, pero no sabe todavía muy bien qué. A toda esa gente que viene con un: -«Oye, ¿qué le regalarías a una criatura de 8 años para leer…? Oye, recomiéndame un tebeo para mi pequeño de 5 años… Mi hija de 11 no lee nada y no sé qué ofrecerle… ¿Sugerencias?»-

Nuestra apuesta es la de crear un puchero, un caldo, en el que decimos: -«Ven. Mira esto. Cómpralo. Pídelo en la biblioteca del barrio. Pídeselo prestado a tu cuñada o a esa mamá del cole. Que os lo regalen. Da igual. Lo importante es leerlo. Y sabed que este caldero que vamos cocinando existe, y que hay condumio bueno dentro; que vamos metiendo muchas cosas chulas de las que te puedes alimentar y aprovechar, ya que has hecho el enorme esfuerzo de asomarte por aquí… ¡Y son productos frescos!» Mira todo lo que hay. Esto es bueno para su nutrición mental.»-

Porque LEER CÓMICS, nunca lo ovidemos, ES LEER. Y leer sigue siendo la mejor llave que conozco frente a la incultura, la sinrazón, la manipulación, la indiferencia y la ignorancia. En una época en que nuestros hijos e hijas se verán inundados por el aplastante reinado de las pantallas, leer tiene que seguir siendo un pilar para ellos y por extensión, para toda la sociedad; un bastión inquebrantable que no podemos dejar que se pierda.

Por más episodios, pues. Por otro medio añito más. Por más viñetas.

¡LARGA VIDA A LOS CÓMICS!

Autor: ¡Y yo con estas barbas!

Ilustrador, diseñador y orgulloso nuevo papá de una lechona linda como la brisa del mar... Ando en constante diálogo con el día a día, persiguiendo a esa esquiva, la plena felicidad.

2 pensamientos en “Y yo con estos cómics

  1. Amigo, no sabes lo que me gusta compartir esto contigo. Desde aquel primer mail hace años hasta hoy, compartir contigo la pasión por contar cosas es un lujo y un deseo cumplido: rodearme de buena gente.
    Un abrazo enorme y que vivan los cómics

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