– – Del lunes de la semana pasada… Ha costado llegar hasta aquí. – –
-«¡Qué mierda…!»-
Tenía otra cosa en mente totalmente opuesta, para este post de hoy. Un post que iba a ser realmente ESPECIAL. Aunque en cierta forma, lo seguirá siendo…
Hoy era el día… Hoy tenía previsto… Hoy quería… …contaros que… ¡¡¡ESTAMOS EMBARAZADOS!!! ¡¡ESTAMOS EMBARAZADOS DE NUEVO…!! ¡¡¡UN NUEVO LECHÓN O LECHONA PARA HACER CRECER ESTA FAMILIA…!!! ¡¡¡YUHUUUUUUUUUUU…!!! 😀 😀 😀 😀 😀 😀 😀
Lo tenía todo pensado… Tenía un post muy guapo en mente, creedme, desde hace muchas semanas; muy sencillo… Apenas una sola imagen; pero grande, hermosa… Lechonil, marca de la casa… De esas que tú sabes... De esas en las que pones toda la carne en el asador. Y mañana llevaría bollitos al curro y se lo diría a los compañeros… Que salvo mi familia, nadie lo sabe todavía. Escribiría mails y llamaría a los colegas, y la noticia se expandiría por el 2.0, a los cuatro vientos. (Bueno, sin redes sociales, a los dos vientos y cuarto, más bien, que es a donde llego, pero me vale…) ¡Adiós secretos! ¡Hola a toda una nueva etapa de incógnitas y cosquilleos! ¡Me moría por compartirlo…! Ya me estaba frotando las manos…
Solamente había que pasar esta tarde por la visita rutinaria del seguimiento de la semana 12… Vamos, lo de siempre, un poco de paripé para cubrir el protocolo… Una ecografía para verle el culo a la judía y babear un poco creyendo ver cómo te hace el ok con el dedo pulgar mientras pone esa mueca de sonrisilla de felicidad… -«¡Ah, no, calla, que eso es una sombra rara del ecógrafo sobre la cabeza…!»- Pues yo creo que estaba sonriendo… Pues vale. Muy bien, chavales, sois unos campeones y bla bla bla, y volved por aquí en unas cuantas semanas, y hale, a la calle a buscar una pastelería para pillar esos bollitos… Y de paso, pillar una palmera, que vengo sin merendar.
-«¡Porque va todo dabuti…! ¿No…?»-
Dentro de la clínica, Churri, en pose, airea sus entrepiernas. La señora ecógrafa enciende el aparato, comienza a palpar… Y… Sinceramente… Mentiría si os dijera lo contrario. Yo no estaba mentalizado para algo así.
La primera en la frente. La primera bofetada. La primera puñalada al higadillo… Así, en frío. Y cuando no la aprendiste en tu primer embarazo, porque todo fue guay, hoy aprendes por las malas, un nuevo término médico de esos de los que hasta ahora no tenías ni puta idea: TRANSLUCENCIA NUCAL (TN, así, escrito en rápido…) -«¡Ah, vale…! Lo del tamaño de la nuca y eso… ¡Es verdad…!»- Cosas que se te olvidan, de uno para otro. Pero dicho así en bonito. Y en crudo, claro. Y de repente, te lo aprendes, como aquel que aprende que no debe jugar con calderos de aceite hirviendo, justo después de abrasarse las manos. De repente, alguien con autoridad y un aparato muy caro y muy moderno en las manos, te dice en un tono que extrañamente no suena demasiado profundo… que, efectivamente, es un tamaño muy grande… Que está muy por encima del percentil 99, -que debe ser el tope por arriba…- Y que eso NO ES BUENO.
…
…
…-«¿Perdona…? ¿¿¿…PERDONAAAA…??? ¡Un momento, un momento…! No, no… Disculpe. Mire… Esteeee… Verá… Yo aquí he venido a un paripé… ¿Me entiende? He venido a que me sonrían… A verle el culo a mi judía, a esa minicosita de ahí dentro; ya sabe usted cómo va esto… Y ahora mismo, en algún lugar ahí fuera, tengo unos deliciosos bollitos esperándome, ¿sabe…? Mis compañeros del curro son gente golosa… …Así queeee… ¿¿QUÉ-ME-ESTÁ-CONTANDO, -SEÑORA…??«-
La exploración continúa… La broma ya no tiene ni puta gracia. El paripé ya no parece tan paripé… Y menos todavía cuando las patadas en los huevos siguen cayendo… ¡¡PAM, PAM, PAM…!! Golpes secos sin piedad. Y ambos, sin protección. Al menos Churri está tumbada. Con la misma cara de flipada que yo, aunque tumbada… No paramos de mirarnos; de mis ojos a los suyos, y a la pantalla. Ella me lee en los ojos. Yo la leo en los suyos. Y no nos lo creemos. Y quiero TOCARLA. Pero una señora ecógrafa está en medio, entre los dos, y yo me muero por cogerla de la mano, Y NO PUEDO… Miro a la pantallita como un gilipollas y escucho, pero no quiero creer; no quiero escuchar. No, bueno… En realidad no es tan crudo; no llego a eso. Pasmarote, más bien… Eso es. Estoy lelo… Atento, pero alelado. Anestesiado. Escucho, porque no puedo hacer otra cosa.
De repente, una HERNIA UMBILICAL… un ONFALOCELE. Y en la pantalla veo un bulto enorme que sale de la tripa de nuestra judía… -«¡Mierda…! ¿Ahí no se supone que iba un cordón…?»- Y esta mujer sale a llamar a la ginecóloga, y se ponen a discutir sobre… ¿medidas…? O qué sé yo: que si yo creo que diez, pero igual puede que dieciocho… Que a la que salgamos, pasemos a verla al despacho, y nos cuenta. Y todo con una bonita cara de… de todo, menos bonita.
La otra sigue a lo suyo, con eficacia y paciencia… Detallista; se toma su tiempo. Remata la escabechina cuando nos habla al terminar, sobre la CARDIOPATÍA que percibe, y sobre los signos evidentes de que todo el cuadro ofrece algo que no es normal, una anomalía cromosómica casi segura, unos síntomas claros de trastorno en el desarrollo genético, que al cabo deberían ser básicamente «…INCOMPATIBLES CON LA VIDA» (¡¡Dios…!! No voy a olvidar esas CUATRO palabras en lo que me queda de vida…). En este punto ya estoy/estamos, que no sabemos dónde mirar… Yo ya solamente quiero largarme de allí cuanto antes; -«QUIERO IRME DE AQUÍ YA, POR FAVOR…»- Poder salir a la calle, y agarrarle la mano a Churri para poder llorar a gusto. ¡¡¡FUFFFFFFFFF…!!! Claro que hay cosas buenas, por lo que dice…: tiene hueso nasal, y cosas de esas de médicos que parece que son correctas. ¡Geniaaaalll…! ¿Ayuda en algo, eso…? Yo ya no sé nada… ¿Es algún tipo de clavo ardiendo al que agarrarse, acaso…? Las puñeteras manitas las tiene juntas, y con los deditos entrecruzados, así que no hay manera de ver ni saber si los tiene todos o se ha dejado alguno por el camino… Y yo acabo de ver cómo le latía su corazoncito… Está ahí mismo… Delante de mí.
…Yo no me esperaba ESTO. …Incompatible con la vida…
…Incompatible con la vida…
…Incompatible con la vida…
En su despacho, la ginecóloga no se moja tanto. Hace bien su trabajo (ambas lo han hecho, ojo…), y nos remite a las dos pruebas que toca hacerse cagando leches. Para confirmar diagnóstico y ver qué camino seguimos. BIOPSIA CORIAL y ESTUDIO DEL CARIOTIPO FETAL. Más palabras nuevas, que suenan a cielo e infierno a la vez. Algo en plan como la amniocentesis, pero para semanas previas, vaya. La intervención no tiene nada que ver, pero es el mismo rollo, en esencia… Miran lo mismo, pero en un estado de embarazo más temprano. Toca saber qué tiene. Y con los resultados, pues ya se verá… Vale.
…Incompatible con la vida…
Yo quería dar a luz a un bebé. No tener que PLANTEARME el decidir si mi bebé vive… O si debe morir. Si muere por nuestra decisión; por nuestra voluntad. Supongo que unos lo llamarían decisión voluntaria de interrupción de embarazo… Otros, aborto. Otros, directamente, asesinato. Que de todo hay. Es tan curioso, esto del lenguaje… Hoy debía estar comprando bollitos para celebrarlo mañana.
De repente… me parece TAAAAAAN triste, todo…
Yo creía haberme hecho un tío maduro, hecho y derecho, con mi hipoteca; un menda responsable… Y sobre todo, cuando tuve a mi bebé. A mi querida Lechona. Cualquiera diría que eso marca una diferencia, ¿verdad? ¡Nada como ser padre primerizo…! ¡Ay… Idiota de mí…! Es hoy; ha sido HOY, cuando me han puesto delante una situación como la que hemos pasado esta tarde, cuando tengo la sensación realmente de que de repente… me han hecho ADULTO. ADULTO, DE VERDAD. Con todas las letras. Me acaban de grapar el cartel de -«LA VIDA ES ASÍ, amigo…»- en la frente.
…Incompatible con la vida… …Incompatible con la vida… …Incompatible con la vida… …Incompatible con la vida…
Andando calle arriba, el recurso del chiste absurdo es casi lo único que se me ocurre para romper el silencio: -«…Si en el fondo, esto nos pasa por comer pollos del Simago… O soja radiactiva. Por eso concebimos bebés mutantes, Churri…»- Pese a todo, como debe ser, que no falte el humor… Aunque sea negro como el abismo. Arranco una sonrisa… y maldita la gracia.
…Incompatible con la vida…
…Incompatible con la vida…
…Incompatible con la vida…
…¿Qué cojones implica eso…? ¿Qué quiere decir…?
Que ya no vamos a tener otro bebé. Va a ser eso lo que quiere decir.
Pingback: Un nuevo bebé en la familia | ¡¡¡...Y yo con estas barbas!!!
14 diciembre, 2015 en 11:34
Siento mucho esta mala experiencia. Espero que pronto os repongáis y que llegue un día en que puedas comprar esos bollos que aún te siguen esperando.
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15 diciembre, 2015 en 07:29
¡Muchas gracias, Óscar! La verdad es que ya vamos saliendo… Hace dos semanas que terminó el «episodio», y estamos intentando volver a la normalidad. Todavía quedan cosas pendientes, claro, pero poco a poco… Y lo de los bollos… bueno, todo se andará, espero, claro… Bollos, o lo que sea. El caso es tener algo que celebrar…
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3 diciembre, 2015 en 22:03
Leo ambos post tarde, me quedo sin palabas. No me extraña que esa frase retumbe una y otra vez en tu cabeza. Está claro que cuando creemos que hemos tomado las decisiones más difíciles llega de momento, la DECISION. Te han salido las palabras a saco. He leído comentarios y conozco casos como todos que las situaciones mejoran y esto será recuerdo de un mal trago. Te deseo eso, que pase pronto el luto necesario para seguir adelante. Muchos besos!
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9 diciembre, 2015 en 10:17
¡¡Hola María, preciosa…!! Ya ves, el panorama de las últimas semanas, chica… Qué rápidamente un acontecimiento feliz se puede volver en justamente lo inverso. Y no es algo que uno no sepa a estas alturas de la vida, claro… Es simplemente que hasta ahora no lo había experimentado así, de esta forma. Un palo muy gordo. Y a veces puedes verlo venir… o no. Pero cuando llega, el palo no es menos doloroso. Sé bien que es una cuestión de tiempo, efectivamente… Lo ínico malo de eso del tiempo, es lo de siempre: ¡que hay que esperar a que pase!
En fin… Sea como sea, aquí seguimos, de pie y tratando de pasar página, recuperando esta semana ya nuestra rutina cotidiana.
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30 noviembre, 2015 en 21:08
Madre mía. Lo siento muchísimo. Qué momentos más duros estaréis viviendo. Os mando un fuerte abrazo y palabras de consuelo que os ayuden en estos momentos tan difíciles.
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2 diciembre, 2015 en 08:10
¡Kaixo, Izaskun!
Muchísimas gracias por tu abrazo, tu interés y tu apoyo. No son precisamente cosas que uno elija vivir…, pero nos ha tocado pasar por esto… Pues bueno, poco se puede hacer, salvo mirar hacia adelante.
¡Gracias mil, por pasarte por aquí, hermosa…! Tienes un blog muy interesante, por cierto; me encantará echarle un ojo mucho más en profundidad…
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2 diciembre, 2015 en 13:06
Muchas gracias!! Como bien dices, lo sano es mirar hacia delante. Todo llegará. A veces el camino no es fácil pero a pesar de todo merece la pena. Cuidados mucho. Un abrazo
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9 diciembre, 2015 en 09:58
¡Es que es cierto… No queda otra que mirar hacia adelante! O así procuro verlo… No puede cambiarse lo ocurrido, así que toca avanzar y aprender. Sobreponerse, mirar los resultados de las pruebas, valorar, tomar decisiones… Esas cosas. Y cuidarse, como dices. Fundamental. De cuerpo y cabeza.
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30 noviembre, 2015 en 16:35
Un beso y un abrazo. Espero que vuelvas a tener pronto la posibilidad de gastarte la pasta en bollos para tus compañeros, que empieces con las llamadas a tus amigos y espero ver ese post sencillo anunciando la llegada del nuevo lechón.
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2 diciembre, 2015 en 07:49
¡¡¡Y yo espero poder hacer de nuevo todas esas cosas, más pronto que tarde, amigo Dexter, en serio…!!! Jajaja… ¡¡Y deseo más que nunca poder escribirlo y compartirlo, para el que quiera leerlo…!!
¡Muchas gracias por caerte por aquí, majo…!
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29 noviembre, 2015 en 17:49
Me he pensado mucho comunicarme contigo por aquí para deciros que lo siento mucho porque, al fin y al cabo, es un medio frío y a mí lo que me apetece es daros un achuchón pero, como hablar de estas cosas por teléfono es casi peor, aquí va todo mi apoyo y mis ánimos. Un abrazo fuerte,fuerte. La conversación ya la dejaremos para un momento más dulce (que llegará, estoy segura)
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2 diciembre, 2015 en 07:44
¡¡¡Primaaaaaa, cielooooo…!!! No pasa nada, no te preocupes… Por teléfono, por mail, por aquí… En el fondo, igual da, porque el resultado de la conversación va a ser siempre el mismo, así que no te preocupes, de verdad.
Lo que hay que hacer es vernos de una puñetera vez, un día de estos, que a este paso, las niñas se nos van a ir de Erasmus y todavía ni se conocen…
Ya vendrán los momentos azucarados, ya… ¡¡Besazos para todos!! 🙂 🙂
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28 noviembre, 2015 en 17:52
Poco que decir, simplemente animo!
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29 noviembre, 2015 en 00:14
¡No hay necesidad de grandes palabras, amigo, tranquilo…! Estas cosas pasan. Simplemente, que ahora nos ha tocado a nosotros. Y es así. No hay muchas más vueltas que darle, y toca llevarlo como podamos.
¡Besazo y abrazos para todos, para ti , para Lai y para las niñas…! Gracias de nuevo por pasarte por aquí…
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27 noviembre, 2015 en 12:19
Jolín que tristeza, sin palabras la verdad. Muchos ánimos y un abrazo muy grande!
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29 noviembre, 2015 en 00:11
En un momento dado, te dejo hasta que digas ¡Joder!, Ángela, amiga, de verdad… Jajajaja. Que hacía mucho que no escuchaba yo eso de «¡Jolín…!» (Yo me censuro mis propias palabrotas en el blog, como norma de la casa, pero para los comentarios permito todo… Que la gente es libre y soberana, y no por ello voy a pensar mejor o peor de nadie…) 😉
Sí que es triste la cosa, sí… Uno nunca se espera que una visita al gine se salde con este resultado. Pero estamos aprendiendo a ver el lado bueno; hay que aprender a valorar lo que nos permiten hoy en día los avances científicos, en cuestión de prevención y antelación de diagnósticos. No quiero ni pensar cómo era en la época de nuestros padres o abuelos. Hoy podemos tomar decisiones a sabiendas sobre resultados con una anticipación asombrosa. Años atrás la gente ni soñaba con algo así. Todo esto no suaviza el golpe, pero está claro que el resultado de cara al futuro sería muy diferente para mucha gente.
¡¡Muchas gracias por todo, de verdad, y de corazón!!
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26 noviembre, 2015 en 17:53
Te sigo desde casi el principio, tu lechona y mi pequeña se llevan un par de semanas y me identifico mucho con lo que escribes. El día que mi pequeña cumplí un año era uno de los más felices de mi vida por el primer año d mi enana y porque iba a ver por primera vez a mi otro pequeño. Estaba embarazada de 8 semanas y al poco de empezar la ecografia la cara de la doctora cambió, al principio no entendí pero luego me di cuenta que estaba todo en silencio, no se escuchaba un latido llenando la habitación y en la pantalla no había una línea marcándolo… Yo también tengo grabada una frase, «tendría una malformación incompatible con la vida»… Además de humor, hay que intentar sacarle un lado bueno y el mío fue darme cuenta de lo afortunada que era de tener a mi lado a mi pequeña, completamente sana y feliz. Mucho ánimo
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29 noviembre, 2015 en 00:01
¡¡¡Ufffff…!!! Te leo y se me sigue poniendo la carne de gallina. Está claro que no hemos sido los primeros en pasar por esto, ni desgraciadamente seremos los últimos… Y suscribo tus palabras al completo. Al menos sabemos que, de momento, tenemos ya una niña sana, feliz y hermosa como un millón de amaneceres, y cuánta gente habrá que no tengan esa situación, y darían lo que fuera por ello. La verdad es que la maldita frase me ha estado martilleando todos estos días, hasta que al menos otra doctora nos ha concretado un poco más el tema de… «fechas». Porque te dicen eso, sin explicarte nada más, y claro… ¿Qué significa eso? ¿Que va a durar una semana más…? ¿Dos…? ¿Tres…? ¿Dos meses más…? ¿Seis meses más…? ¿Que podrá nacer, pero que morirá a las pocas horas…? ¿A los pocos días…? ¿A los pocos meses…? No sé, no podía dejar de pensar en esas malditas cuatro palabras.
Gracias por tus ánimos, de verdad. Significan mucho.
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26 noviembre, 2015 en 17:52
Nunca se está preparado para esas cosas. Estoy de acuerdo, te hace envejecer, nos pasa como al Lazarillo cuando le dan el coscorrón contra el toro. Un abrazo y mucho mucho ánimo porque estos días van a ser duros y tendréis que tomar decisiones muy importantes.
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28 noviembre, 2015 en 23:53
Desde luego, tienes toda la razón. Bien que lo sabes, por experiencia, ¿verdad…? Me siento muy identificado con muchas de las cosas que nos cuentas en tu blog.
Aprendes a madurar a base de curtirte. Claro que a mí me hubiera gustado que la forma de curtirse uno no fuera tan radical, pero me temo que no está en nuestra mano elegir este tipo de cosas… Ya habrá por ahí alguna Entidad Superior encargada de esas cosas, digo yo.
Ya estamos en el camino de las decisiones, ya… Y esto queda aquí para toda la vida.
Un millón de gracias por pasarte por aquí, cielo…
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26 noviembre, 2015 en 16:14
No tengo palabras… Lo siento muchísimo.
No hay nada que en estos momentos se pueda decir que ayude, solo que os queráis mucho y os toméis tiempo.
Ánimo y muchos besos
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28 noviembre, 2015 en 23:45
¡¡Muchísimas gracias, de verdad…!! Sabemos que… como casi todo, es una cuestión de tiempo.
¿Sabes una cosa que acabo de descubrir ahora, pensando en la imagen de cabecera de tu blog…? Estoy pensando ahora mismo en ello… La miro, y creo que no sé si seré capaz de volver a ver igual una ecografía… Como hasta ahora las veía, quiero decir. Se me hace tan raro ver la imagen de cabecera de tu blog, amiga…
Todo esto cambia tantas cosas…
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26 noviembre, 2015 en 12:45
Lo siento, lo siento mucho! No hay palabras adecuadas en momentos así….así que te dejo, a ti y a la churri, un abrazo enorme, virtual y a la distancia, pero enorme. Ánimo!
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28 noviembre, 2015 en 23:39
¡Laia, cielo…! ¡Aysssss…! Ya ves, en que empanada estamos ahora metidos, chica. En fin, que cuando vienen las cosas así… pues vienen así. Encajarlas a bocajarro, y poco más… Digerirlo como se pueda. Malamente… pero como se pueda. Nos quedamos con el abrazo, por supuesto, que sabemos que ha dado la vuelta a medio mundo con los vientos y las nubes, a lomos de un pájaro hermoso, para llegar hasta aquí. ¡Eres un auténtico cielo, reina…! 🙂
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26 noviembre, 2015 en 11:32
Lo siento mucho,no hay palabras que pueda decir que os consuele,os mando un abrazo fuerte,bso
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28 noviembre, 2015 en 23:33
¡Me quedo con tu abrazo, María José, no te preocupes…! A veces no hace falta nada más… Leer vuestras muestras de afecto ya ayuda mucho más de lo que imagináis.
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26 noviembre, 2015 en 11:06
Muchísimo ánimo ! Un abrazo muy fuerte y adelante con lo que decidáis!
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28 noviembre, 2015 en 23:32
¡Gracias por esos ánimos y abrazos, Rafa…! Está claro que hay que seguir adelante, sea como sea, y apechugar con las decisiones…
(Por cierto, me hace muchísima gracia tu ilustración de avatar… ¡¡Es como un calco de mi retrato, macho…!! Jajaja)
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26 noviembre, 2015 en 11:02
Muchos ánimos, poco más se puede decir.
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28 noviembre, 2015 en 23:27
No hay mucho más que decir, ciertamente, jefe… Es lo que hay, y poco más, en esencia. ¡Gracias mil por pasarte por aquí, de corazón…!
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26 noviembre, 2015 en 11:01
Lo siento infinitamente, solo mandaros mi cariño y miles de abrazos para los dos. No tenéis que sentiros culpables por nada, vosotros no habéis elegido que pase esto, ser fuertes y no perdáis la Esperanza.
Tenéis una hija preciosa por la que tenéis que dar muchas gracias a Dios y a la vida, no perdáis la FE y la Esperanza que si Dios quiere tendréis ese hijo tan Amado y Deseado.
Vuestra tía.
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28 noviembre, 2015 en 23:25
¡¡Holaaaaaaaaa….!! Bueno, ya ves… Parece que no va a ser esta vez cuando se amplíe la familia. ¡Hay que seguir mirando p’alante…!
¡¡Un besazo enoooooooorme…!! 😉
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26 noviembre, 2015 en 10:57
Hola! Muchos ánimos… como muchos otros, también pasamos por una situación similar (que no igual) cuando aún no éramos padres. Un buen chasco nos llevamos, así que te entiendo perfectamente. Muchos ánimos y ahora, a mirar hacia delante.
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28 noviembre, 2015 en 23:23
¡¡Muchas gracias, Óscar…!! Es muy duro, la verdad… Entiendes perfectamente la cara que se te queda cuando te llega una cosa de estas… Y el cuerpo. Y la cabeza. Y el corazón… Qué remedio, mirar hacia adelante; no hay otra opción.
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26 noviembre, 2015 en 10:27
Un abrazo eterno compañero. Ánimo
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28 noviembre, 2015 en 23:20
¡¡Muchísimas gracias, José Miguel, amigo…!! Aquí me lo guardo, entonces, para toda la eternidad. No queda otra que animarse, cierto…
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26 noviembre, 2015 en 10:13
Lo siento muchísimo. Sé por lo que estáis pasando, he pasado por ello 4 veces, la última en abril de este año. Se que no hay ni una sola palabra que pueda consolar. Solo el amor que os tenéis y saberos cerca el uno del otro puede apaciguar un poco el desasosiego. Un cálido abrazo con todo mi cariño.
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28 noviembre, 2015 en 23:19
¡Hola Marina!
¡¡Cuatro veces…!! Chica, debes ser una mujer realmente fuerte. No me lo quiero ni imaginar, tener que pasar tantas veces por algo así. La gente creo que lo ve desde fuera, y opina, y realmente te da sus condolencias sinceras, pero es que hasta que no te pasa a ti, no adquieres la verdadera intensidad de la desgracia de todo el asunto. Ves a gente que pasa por estas cosas, y que luego sigue aparentemente tan normal, con su vida y sus cosas, y les ves que han tenido éxito, y que tienen otros embarazos que acaban bien… que creo que igual se banaliza un poco, ¿puede ser? O sea, que uno tiene un aborto, cada uno con sus circunstancias, y vale, es difícil y tal, pero se pasa, y en unas semanas, pues pelillos a la mar, ya ya está… Y como si no hubiera pasado nada.
Y no, la verdad es que nada más lejos de la realidad. Supongo que el tiempo ayuda, claro, y pone las cosas en su sitio… Pero lo que es ahora, es muy doloroso. Desasosiego… Ese sí que es un término realmente acertado.
¡Muchísimas gracias por asomarte por aquí, de corazón…! Eres un cielo… ¡Y mira…! Ya no sé si preguntarte yo a ti, cómo lo llevas, lo tuyo… Espero que bien; o mejor (mejor dicho… ya que estas cosas dudo mucho que se puedan llegar a llevar «bien»…)
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28 noviembre, 2015 en 23:34
Hola!!!
Pues sí es desasosiego vital. Un dolor inconsolable. Nada que ver con eso de a otra cosa… Que cómo lo llevo? Pues con pena por la pérdida y con alegría por la oportunidad. Cada uno de mis hijos me ha enseñado mucho con su llegada. 6 embarazos. Dos hijos vivos a los que adoro y honro.
El dolor se pasa? Pues digamos que te acostumbras a él. Pero… ya sabes las fechas probables de parto es de lo primero que calculas…cuando llegan…Pues haces la ceremonia para que esté donde esté se sienta bien y querido. Gracias por compartir y por acogerme.
Un abrazo enorme para vosotros
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2 diciembre, 2015 en 07:37
Me ha gustado eso de la ceremonia… Lo que no tengo tan claro es lo de la fecha. No sé si sería más adecuado recordar el día en que sostuvimos el Predictor con las dos rayitas… O el día de ayer… O el de la fecha del parto… O ya puestos, cualquier otro día… ¡Yo qué sé, chica…!
Aquí sois todos siempre bien acogidos, Marina, descuida… Y más, si como tú, venís con una experiencia como la tuya bajo el brazo, tan abrumadoramente… vital, de la que tanto podemos aprender los demás. Mi «casa», es tu casa…
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2 diciembre, 2015 en 08:08
Mil gracias!!! La fecha, es sólo eso una fecha. La ceremonia, el homenaje puede ser cualquier día que te/os apetezca decir «te quiero» «te recuerdo» En mi caso, la fecha probable de parto era muy significativa por eso no la he olvidado y ha sido clave para calmar mi desasosiego. Pero cada vivencia es única. Seguro encontrareis la vuestra. Un abrazo Sem
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26 noviembre, 2015 en 08:25
Hola Sem!
Es una mierda, en mayúsculas.
Lo siento mucho por vosotros.
Muchos abrazos desde el sur
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28 noviembre, 2015 en 23:04
¡¡Hey Joaquim…!! ¡¡Muchas gracias, hombre…!! Efectivamente, es una AUTÉNTICA MIERDA. De las de pedigree… Lo define bastante bien, sí…
Me quedo tus abrazos, amigo, por supuesto… Y te mando desde la periferia madrileña otros de vuelta, para darte las gracias una y mil veces más, por la currada respecto a las iniciativas de #papásblogueros y «Los papás cuentan». ¡¡Es usted un tío MUY GRANDE, caballero…!!
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26 noviembre, 2015 en 07:47
Sem, dios mío, cuánto lo siento. Me he alegrado mil leyendo el principio, me había alegrado tanto por vosotros… No sé qué decirte, que lo siento muchísimo, que me duele mucho. No hay palabras que consuelen porque no hay consuelo. Lo has explicado tan bien… Un abrazo enorme y todo el cariño y ánimo del mundo para los dos. De verdad, muchos besos.
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28 noviembre, 2015 en 22:56
¡¡Idoia, cielo…!! Perdona la mala leche con que está escrito el post… Parece que, efectivamente, leyéndolo al principio, la cosa promete algo feliz. Y no… Más bien es lo contrario.
Ya ves… Ahora entendéis que en el post del otro día, el de las dudas sobre tener más críos, hablaba al principio que era un post que debía haber escrito «hace meses», porque el el fondo, ya sabía que estábamos embarazados… Y está claro que siempre hay razones para temer por… lo que sea. No sé si era algo premonitorio o qué se yo… Pero estaba claro que se deducía de ahí que intenciones había, y mira tú… Que ahora no va a ser. No con este embarazo. Y no diré que era el último cartucho, pero de verdad que muchos más no quedan.
Es muy duro, chica… Todavía estamos con todo el proceso y parece que todo se alarga. Cuesta ver una tripa redondita y saber que lo que hay creciendo dentro no va a sobrevivir; que además vas a ser tú el que diga cuándo y cómo va a acabar, porque dejar que la naturaleza haga su trabajo dentro de algunas semanas más, no es una opción. Porque quieres cerrar esta página de la historia, cuanto antes. Porque a veces, solamente con quererlo, no basta. No basta simplemente el amor. La maldita biología tiene muchas cosas que decir, aquí… Yo no sé si lo he contado bien o mal… Yo solamente he tratado de contar lo que viví el otro día; la bofetada que te pilla desprevenido. Y la marca de los dedos en la cara, todavía no se me ha quitado.
Gracias por los besos, encanto… ¡Eres un sol! 🙂
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30 noviembre, 2015 en 15:43
Ay Sem, cómo no vas a contarlo con rabia y mla leche, ¡pues claro! Es algo que costará en cicatrizar. Cuando te dn una ostia así cuesta levantarse… Por injusto, por inesperado, por cruel… En fin… Lo siento muchísimo otra vez. Un abrazo con todo el ánimo del mundo
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26 noviembre, 2015 en 06:39
Uno no se puede preparar para algo así. Un abrazo familia!
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28 noviembre, 2015 en 22:40
Pues la verdad es que no. Habiendo pasado ya además por un embarazo que empezó también con complicaciones (otras…) y que terminó bien, no me esperaba algo así. En mi fuero interno, he de reconocer que he pensado muchas veces en otro tipo de cosas, pero no en estas circunstancias tan concretas. Un palo. ¡¡Muchas gracias por el abrazo, de verdad…!!
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26 noviembre, 2015 en 05:24
Lo siento chicos. Nunca lo he contado en el Blog, pero sabemos lo que sentís. Nos pasó 2 veces. Y las dos antes de tener a nuestro primer niño. Fue horrible, y sobre todo tras la segunda vez. Pensábamos que nunca lo conseguiríamos. Pero todo llega. Y ahora tenemos a los dos.
Vosotros también los tendréis. En unos meses lo leeré en tu blog.
Un abrazo!
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28 noviembre, 2015 en 22:36
¡¡Gracias por el abrazo, familia…!! En estos últimos días, vengo escuchando también, de gente más cercana, más casos de complicaciones en embarazos; más de las que me imaginaba. Estoy empezando a creer (sin estadísticas en la mano…) que son más los intentos fallidos, que los que llegan a término sanos y salvos. Claro está que siempre anda uno con la ilusión de que… -«esto a mío no me va a pasar…»- Pero está visto que hay que andarse con pies de plomo. ¿Es justo, o sano, no ilusionarse con un embarazo, solamente por el hecho de estar preparado por si ocurre algo malo y hay que ponerse en lo peor…? ¿A partir de qué semana uno puede empezar a relajarse y creer que todo le irá bien…? Tantas y tantas preguntas…
Yo lo he contado porque quiero que mi blog sea un reflejo escrito, una memoria tecleada del recorrido vital de la niña (y nuestro), y puestos a pensar en ello, esto es como otro episodio más. No solamente toca registrar lo bueno, por tanto… También debería constar por aquí que un día quisimos darle un hermanito… Y de momento, pues parece que no va a poder ser en esta ocasión.
Veo con alegría, amigo, que sois un maravilloso ejemplo de superación, por tanto. Me alegra mucho leerlo. Y yo espero poder escribirlo en un futuro, también, como dices, para que podáis leerlo; descuida… 😉
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26 noviembre, 2015 en 03:25
No hay palabras.
Un abrazo muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte a vuestra alma.
No hay palabras.
El o ella les dio vida a vosotros. Estas doce semanas. No ha sido incompatible con la vida. Tan sólo, ha elegido otro camino pero vosotros tenéis que ser más fuertes que nunca porque lechona os necesita.
Un abrazo grande y en silencio.
Aquí estamos.
Mónica
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28 noviembre, 2015 en 22:25
¡Hola Mónica, preciosa…!
Pues no sé si hay palabras, la verdad… Creo que sí, pero a mí solamente me vienen de las malas. Y palabrotas, -que también son palabras, al fin y al cabo…-
Es muy duro, todo esto, la verdad. Tus ilusiones, tu plan de vida, un millón de cosas más, se van al carajo en un momento. Y cuesta… ¡Vaya, si cuesta! Que se lo pregunten a mi pobre Churri, que todavía carga con todo ese peso, en su propio vientre. Creo que le ofrecíamos un hermoso camino, como dices… ¿Por qué no lo eligió, entonces…? Quién sabe. Doce semanas (que serán alguna más, al final…) se me antoja poco tiempo; yo quería… nosotros queríamos, una vida entera.
Pero es lo que hay, y tienes razón… Tenemos otro tesoro ya, que depende de nosotros y que requiere de nuestro amor y atenciones incondicionales. Gracias por el abrazo, cielo. Me lo quedo.
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